Cinco curiosidades de la Córdoba andalusí: ¿Las conocías?

¿Sabías que Córdoba fue una de las ciudades más deslumbrantes del mundo en la Edad Media?

Durante la época andalusí, Córdoba vivió su máximo esplendor, convirtiéndose en un referente de cultura, ciencia y urbanismo. Más allá de su famosa mezquita, la Córdoba andalusí esconde secretos que te sorprenderán.

En este artículo te contamos cinco curiosidades que te harán ver esta ciudad con nuevos ojos… y quizá te animen a recorrerla con otra mirada.

La gran incógnita de la Mezquita

La gran incógnita que siempre ha rodeada a la Mezquita de Córdoba y que, a día de hoy, sigue sin respuesta es la siguiente: ¿Por qué su mihrab está orientado al sur y no hacia la Meca?

Habría que preguntarle a Abderramán I, quien la construyó, y a sus sucesor, que no modificaron este aspecto. Los teorías de los expertos a lo largo de la historia han sido muy variadas. La principal es que siguiera la influencia de las mezquitas de Damasco (Siria), de dónde venían los fundadores de la capital de Al-Andalus.

Otras argumentaciones sugieren que podría haberse debido al urbanismo previo o, incluso, que hubiera querido apuntar hacia el río Guadalquivir o algún lugar del desierto del Sáhara.

El Mihrab de la Mezquita de Córdoba.
El Mihrab de la Mezquita de Córdoba.

Una ciudad sin descubrir

Toca hablar de Medina Azahara (Madinat al-Zahra) o ‘la ciudad brillante’. Esta ciudad palatina, mandada a construir por Abderramán III, es otro de los grandes patrimonios de Córdoba. Pero, ¿adivina qué?

Situado a ocho kilómetros de Córdoba, a los pies de Sierra Morena, el conjunto arqueológico ocupa nada más y nada menos que 1.518 hectáreas. Es uno de los yacimientos arqueológicos más extensos del país y un legado sin igual en el mundo. Una obra de arte que fue sede residencial de los mandatarios del califato y centro cultural.

Pero lo más curioso es que -y mira que visitarlo es una gran experiencia- todavía solo ha aflorado una pequeña parte de la ciudad. ¡Ni un 10% puede verse!, según estiman los expertos.

Vista de Medina Azahara.
Vista de Medina Azahara.

¿La más grande del mundo?

En el siglo X, la ciudad de Córdoba llegó a ser una de las más grandes y pobladas del mundo. Los historiadores estiman que vivían aquí casi medio millón de habitantes. Aunque las cifras más exageradas hablan de hasta un millón de habitantes.

Sea como sea, lo cierto es que fue la más grande de Europa y tenía más vecinos que la capital actualmente. Y no solo eso. La Córdoba andalusí fue un faro cultural, cuna y lugar de encuentro de. científicos, filósofos, astrónomos, matemáticos…

Por tanto, su importancia no solo radicaba en el reflejo del poder califal, en su tamaño o en su abundante población, también era referencia política y cultural de la época.

Vista aérea de Córdoba.
Vista aérea de Córdoba.

Avanzada a su tiempo

Córdoba fue una ciudad que se adelantó siglos a la Europa medieval. Sus calles estaban pavimentadas y contaban con alumbrado nocturno gracias a faroles de aceite, lo que permitía moverse con seguridad al caer la noche.

Además, tenía un sistema de saneamiento sorprendentemente moderno: baños públicos, fuentes, letrinas y un complejo sistema de alcantarillado. Esta preocupación por la salud y el bienestar también se reflejaba en los hospitales y escuelas de medicina.

La economía cordobesa era otro de sus pilares de modernidad. Basada en una compleja red de oficios, comercio y producción, destacaban industrias como la del cuero, la cerámica, la seda, el papel o la joyería. A su vez, Córdoba fue un centro de innovación científica.

Estanques de la calle Cairuán, junto a las murallas de la ciudad.
Estanques de la calle Cairuán, junto a las murallas de la ciudad.

Una biblioteca gigante

Durante el reinado del califa Al-Hakam II, Córdoba se convirtió en uno de los grandes faros del conocimiento. La biblioteca del califa no solo albergaba cientos de miles de volúmenes, sino que también disponía de catálogos meticulosamente organizados en más de 40 tomos.

Esta colección monumental no solo mostraba el poder del saber, sino también el compromiso del Califato omeya con el conocimiento. Para alimentar esta biblioteca, el califa enviaba emisarios a El Cairo, Damasco, Bagdad o Constantinopla con la misión de buscar, copiar o comprar manuscritos valiosos.

Se tradujeron obras del griego, el latín y el hebreo al árabe, y también se promovió la creación de nuevo conocimiento en astronomía, medicina o botánica. El prestigio intelectual de Córdoba atrajo a sabios de todo el mundo islámico, y su biblioteca fue durante décadas un símbolo del saber global.

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Imagen de una biblioteca.

Si quieres descubrir esta ciudad con una mirada más consciente, con propuestas adaptadas a tus valores y necesidades, no te pierdas la guía de Córdoba halal que estamos preparando. ¡Córdoba te espera!